Un devastador ataque aéreo israelí ha dejado un saldo de más de cien muertos y decenas de heridos en la escuela Al-Taba’een, ubicada en el distrito Daraj Tuffah en el centro de Gaza. La mayoría de las víctimas eran niños y ancianos que dormían o se preparaban para el rezo del amanecer cuando tres cohetes impactaron la instalación, destruyendo gran parte del edificio y dejando una escena de destrucción inimaginable.
Testigos presenciales describen la intensidad del bombardeo como abrumadora, con cuerpos destrozados y esparcidos por los escombros. Las labores de rescate se han visto seriamente obstaculizadas debido a la magnitud de la destrucción y el elevado número de víctimas. Mahmud Basal, portavoz de la Defensa Civil de Gaza, calificó el ataque como una “masacre horrorosa”, y denunció la falta de capacidad para ofrecer la ayuda necesaria a los afectados.
La comunidad internacional ha reaccionado con firme condena a este ataque. Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, expresó que “no hay justificación para estas masacres” y mencionó que al menos diez escuelas han sido blanco de ataques en las últimas semanas. Gobiernos de Egipto, Turquía y Rusia también han manifestado su rechazo, mientras que mediadores egipcios continúan buscando un acuerdo para un cese al fuego.
Por su parte, el ejército israelí admitió el ataque, justificándolo como parte de su operación contra miembros de Hamás. No obstante, la explicación ofrecida por Israel, que afirma haber tomado medidas para mitigar la pérdida de vidas civiles, ha sido recibida con escepticismo y condena global.
Este incidente resalta la urgente necesidad de una solución pacífica al conflicto, mientras que la situación en Gaza continúa deteriorándose con cada nuevo ataque. La comunidad internacional observa con preocupación cómo las vidas de los más vulnerables se ven truncadas en medio de un conflicto que parece no tener fin.