De la estigmatización a la industrialización: el panorama actual de la industria cannabica.

Kevin Bonilla – Comunicasur – May 07, 2023

Cristian, un joven del barrio Pozo azul, salió a marchar el sábado 6 de mayo para apoyar la ley que se adelanta en el congreso sobre la regularización del cannabis, según cuenta, está cansado de andar por el barrio en altas horas de la noche buscando el porro de marihuana que lo hará volar en las siguientes horas. Además, desconoce la procedencia de lo que se va a fumar y la calidad del cannabis. Es lo que hay y es lo que toca, la ley de la selva de cemento es clara, lo que es ilegal es clandestino y lucra al delincuente. Cristian no solo tiene que arriesgar su vida para conseguir la dosis mínima que es legal en Colombia desde 1986, sino que también debe soportar la estigmatización de una cultura fuertemente conservadora y una discriminación por ser catalogado como ‘vicioso’. 

Incluso, la misma palabra MARIHUANA, evoca todo tipo de ideas: adicción, medicina, lucha antidroga, y más. Con la celebración del 4/20, la marcha cannábica el 6 de mayo y la legalización del consumo adulto en el sexto debate de ocho, se hace importante revisar la situación actual de la industria del cannabis; los usos potenciales podemos dividirlos principalmente en tres: 

Marihuana medicinal y sus derivados, que poseen un amplio mercado para tratar varios tipos de enfermedades, trastornos psicológicos, entre otros males, que puede ayudar alrededor de 842.032 pacientes, según Juan Mauricio Ramírez, investigador asociado de Fedesarrollo.  

Derivaciones del cannabis, donde entran distintos productos materiales que se fabrican a base de la planta (cosméticos, materiales orgánicos, aceites, entre otros que suelen venir apoyados de la investigación) estos también representan un sector que busca alternativas distintas a los derivados del petróleo y promulgan los derivados más orgánicos.

Consumidores recreativos que consiste más o menos 800 mil consumidores en Colombia, esto según el portal LA REPÚBLICA (entre ellos menores de edad) que consiguen fácilmente en la ilegalidad el llamado “Creapy” (una marihuana tratada con diferentes químicos para potenciar su crecimiento, que le da un sabor más químico y se considera más adictiva) y representan una enorme entrada económica a grupos delincuenciales que subsiste de este mercado ilícito.

Todos estos posibles mercados derivados de la marihuana, se debe a las diferentes sustancias que se extraen de la planta, como el THS, que es el componente alucinógeno, y el CBD, que posee propiedades desinflamatorias, ansiolíticas y anticonvulsionantes de donde se extraen sus componentes médicos. Esta capacidad derivativa, logró que en 2021 generara ganancias de 8.8 millones de dólares en el sector de medicina cannábica, además de estimar unos 334.000 millones a nivel mundial, lo que hace que nos preguntemos ¿Qué impide en Colombia que este mercado genere mayores ganancias y evolucione para competir con este emergente mercado? 

Para entender este mercado, debemos conocer la producción en cadena de productos cannábicos, esta pasa por diferentes momentos como bien ilustra Ramírez y son: producción de semillas, cultivo, extracción de materia prima, fabricación de productos derivados. Para cada uno de estos momentos se tienen requerimientos establecidos y una serie de permisos que se tramitan con diferentes instancias del gobierno, como el ICA, Ministerio de justicia y derecho, Ministerio de salud y protección social, entre otras instancias que deben aprobar productos derivados. Pero estos no son los únicos retos de los cultivadores orgánicos, según los análisis de Ramírez, la falta de acompañamiento, canales de comunicación, entre otras dificultades que ya de por sí tiene el campo colombiano (acceso de tierras y servicios básicos) son algunas de las problemáticas que enfrenta esta industria, además de los “baches jurídicos” como menciona William Perdomo empresario de productos derivados del cannabis, aún bajo cierto margen de ilegalidad, la marihuana tiene aún brechas que no permiten su gran expansión. 

Todo esto respecto a los requerimientos técnicos, y los sectores de control donde se mueve esta industria, pero adjunto a lo anterior, el cultivo más orgánico de la marihuana requiere de una serie de productos y mecánicas para dar plantas sanas, además de un cuidado particularmente delicado, que en mejores palabras “es algo de ponerle amor, y dedicación a las plantas” según Marcelo Fierro, cultivador maestro. Pero todo ese tiempo e insumos invertidos también van de la mano con empleos bien remunerados, según la proyección hecha por Fedesarrollo, la industria de la marihuana tiene un potencial bien cimentado el generar cientos de empleos.

Pero detrás de la legalización también hay una realidad amarga, un mito urbano que ha crecido y es que algunos de quienes apoyan la legalización y el crecimiento industrial del cannabis, aseguran que esto puede frenar el microtráfico. Para quienes no saben, debido a la falta de políticas económicas y lugares de abastecimiento, gran parte de los consumidores de marihuana, solo tienen acceso al ya mencionado “Creapy”, si bien algunas estadísticas indican que la legalización afectaría el flujo del dinero ilegal y cambiaria algunas dinámicas de consumo, también es una realidad que los países que ya legalizaron la marihuana, aún existen un mercado ilícito de bajo costo, al cual es fácil acceder por la brecha social; para varios de los encuestados, la ilegalidad permite el alcance económico de la sustancia, se trata más de algo social “la ilegalidad no se acabará, hasta que se acabe la pobreza” comento una fuente anónima que vive de la ilegalidad. 

Como se puede evidenciar, la industria cannábica actualmente tiene bases sólidas con un potencial económico enorme, cubriendo varios tipos de necesidades y generando empleo, pero más allá del discurso de la guerra contra las drogas y los beneficios medicinales ¿Qué consecuencias sociales vienen con la marihuana? 

Si bien es difícil determinar un patrón social de un grupo tan diverso como los consumidores de marihuana, las experiencias de otros países son controlables, y no es un colectivo más difícil que por ejemplo los consumidores de alcohol, y esas normas de convivencia permiten el cambio social. También son sujetos de grandes gastos, los consumidores más acaudalados gastan hasta 130.000 pesos por destilados para vappers que son más fuertes e inoloros para evitar varios problemas, además de otros insumos como papeles de enrollar, mecheros, trilladores, bong, comida y más productos que pueden dejar una suma de impuestos importante. 

 Entonces, ¿qué soluciones hay para todas estas variables sobre la legalización?

Ante la creciente industria mundial del consumo, y los cambios sociales frente al consumo de marihuana, diferentes ejemplos nos demuestran que, en sí, la legalización va más allá de brindar la accesibilidad a los consumidores, esto también va acompañado de apertura económica, cambios sociales, cambio de la industria orgánica, y también impacta de manera curiosa la brecha económica del país. La legalización como ley, cubre también problemáticas como los espacios de consumo, los dispensarios de consumo, por ejemplo, como se plantean en varios países se vuelven espacios de parchar de manera amena, para poder brindar espacios seguros que no interrumpan la vida de otros ciudadanos o parques de consumo en horarios establecidos, también la facilidad de acceder al cannabis a quienes lo necesitan y como una variable bien documentada de medicina alternativa, regular el cannabis y abrir su mercado está trayendo beneficios y solucionando conflictos sociales, se tiene un control y es posible su regulación como con el alcohol o el tabaco.

Colombia como potencial económico de cannabis tiene que regular estos y abrir su mercado para poder generar más ganancias, así competir en el emergente negocio, pero esto debe ir acompañado de cambio social, reformas de espacios, de economía, de alimentos, para su educación sobre los consumos, también es una realidad que los consumidores de marihuana a diferencia que los de alcohol o también otras drogas ilegales, no tiene estadísticas de alteración tan altas, son menos los accidentes, menos las violencias, si bien no son nulas, son mayores sus beneficios de cambio, que sus problemas. ¡Dejemos que Cristian pueda fumar su porrito sin arriesgar su vida y sin ser señalado por consumirla!

Para ampliar la información, te invitamos a visitar nuestras redes sociales:

Facebook: Comunicasur

Instagram: Comunicasur1

Twitter: @Comunicasur1

Youtube: @comunicasur3214

Spotify: Memoria Andante

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *