Desperdicios radioactivos del desastre; una preocupación ambiental en Japón y sus alrededores.
imagen de cnn español 2011
Alerta ambiental, varios grupos de protección marítima y del medio ambiente se pronuncian contra el arrojo de desperdicios. El pasado jueves 24 de agosto,Japón empezó a verter en el océano pacifico, una gran cantidad de aguas radioactivas provenientes del desastre de Fukushima en el 2011, cuando un terremoto seguido de un tsunami azotó Japón.
Esta estrategia lleva varios años en consideración y ya realizaron los estudios pedidos por la ONU, para el tratamiento de residuos. Sin embargo, sujetos locales y organizaciones de protección ambiental siguen desconcertados por la decisión.Estos argumentan que hacen falta estudios de impacto en especies marítimas, además de estudios más profundos sobre el impacto a largo plazo de esta acción.
Aunque son varios los desperdicios que se arrojaran al mar, la empresa TEPCO, encargada de la planta eléctrica, afirma que son residuos no dañinos que se degradan paulatinamente, y ha dispuesto todas las medidas de seguridad exigidas por el gobierno japonés también dispuso canales abiertos para el seguimiento proceso, en su página webdispone de información actualizada.
A pesar del riguroso proceso, existen dos componentes que no tienen un proceso de descontaminación apropiado, el tritio radiactivo y el carbono 14. Algunos países vecinos como el gobierno Chino, tomaron una postura más radical, acusando de irresponsable esta acción, una búsqueda de reducir costos y compromisos ambientales.
¿Qué preocupa a los países vecinos?
El tritio y el carbono 14 presentan una radiación beta, normalmente no penetra la piel. Aunque estudios han demostrado que su consumo prolongado en aguas, puede generar varios malestares como cáncer, o enfermedades cardiovasculares, basados en esta creencia han cerrado relaciones de exportación de productos como peces y mariscos.
Según TEPCO y IAEA el proceso de ALPS que usan en la limpieza de desechos depura 62 de 64 radionucleidos, esto no ha prevenido que otros investigadores como Robert Richmond, biólogo marino quien se pronunció en unaentrevista para la BBC contra la falta de otros estudios más extensos en los impactos del ecosistema marino. Elevando las alertas de grupos cívicos en Corea del sur, filipinas, china y otras entidades de protección ambiental que se pronunciaron en contra fuera de las embajadas japonesas que se encuentran en sus respectivos países.